1879: para los que piensan que “antes todo era más fácil”

En bastantes ocasiones nos siguen sorprendiendo comentarios recogidos en aulas y pasillos a cargo de buenos comerciales, que con la frase “vender antes era más fácil” quieren poner el acento en las dificultades de un mercado actual presuntamente más competido y exigente.

Sí, antes era más fácil. Sobre todo si teníamos Penicilina auténtica en la Alemania de los años 45, entonces no se necesitaba ninguna técnica comercial para venderla. De hecho, los alemanes recogían la orina de los enfermos que la tomaban para reciclarla y volverla a aprovechar.

O aquí en nuestro país, en el año 1957 donde para vender un SEAT 600 nos podíamos permitir el lujo de poner condiciones y listas de espera al comprador. Y este aceptaba encantado. Todo por su “seiscientos”.

Pero nos tememos que son excepciones. Porque lo normal es que nada fuera fácil. Un ejemplo es el de Sánchez Romero Carvajal (un ejemplo temprano de “fusión a tres bandas”). Año 1879. En Jabugo, ¿sabes dónde está eso? Sierra de Huelva, donde si aún hoy cuesta trabajo llegar, imaginemos entonces. Y salir…  ¿Cómo se podía buscar clientes y enviarles jamones, logrando fama nacional desde un pueblecito perdido en la Sierra de Huelva?, ¿a qué coste?, ¿con qué productividad? Pues se hizo, se consiguió y 135 años después ahí siguen… La fórmula: carruajes tirados por mulos y recorridos nocturnos, para evitar el calor y la exposición de los jamones al sol. Sacrificio, empeño y calidad de servicio.

Cada época, en lo comercial, ha tenido sus ventajas y sus dificultades. Visto con los medios de hoy, vender en cualquier época anterior era sencillo. Visto con los medios de entonces, tan complejo como a nosotros nos parece este tiempo. O más.